Los tacos y las quesadillas son dos de los platos más expresivos de la cocina mexicana y si bien comparten ingredientes claves, la tortilla, tienen grandes diferencias en la elaboración en su preparación y presentación. Los tacos son generalmente sencillos y abiertos, con los ingredientes visibles y son servidos con una diversidad de guarniciones como cebollas, cilantro y limón. En contraste, las quesadillas al estar cerradas, envuelven el relleno, que incluye queso derretido, pero también puede incluir ingredientes como tinga, flor de calabaza o nopales. Si bien detentan diferencias, ambos menús comparten el amor y dedicación por los ingredientes frescos y las combinaciones de sabores que afloran en cada uno de los bocados, haciendo que los tacos y las quesadillas sean imprescindibles en la mesa de los mexicanos.
Lo que hace aún más atractivo a los tacos y quesadillas es la increíble versatilidad, que ha permitido que los dos platos se ajusten a las diferentes tradiciones y gustos regionales del territorio mexicano. Mientras que los tacos pueden estar rellenos con carne como al pastor, canitas o asada, las quesadillas no solo están sujetas al queso, dado que se elaboran con guisos como tinga de pollo, cecina o también papas con chorizo. Esta flexibilidad ha hecho que se combinen en diferentes formas a lo largo y ancho del país. De hecho, en algunos estados del sur es natural hallar quesadillas con guisos y un toque de queso, mientras que en el norte se pueden encontrar tacos con queso derretido en su interior. La mezcla de estos dos platos ha originado fusiones innovadoras que se disfrutan tanto a nivel local como también internacional.
La combinación de los tacos y quesadillas ha dado lugar a nuevos platos, sino que también a un debate cultural acerca de las formas correctas de disfrutarlos. En regiones, las quesadillas son solo tortillas rellenas de guisos y no justamente de queso, mientras que en otras se asume que todo taco debe servirse abierto, sin la necesidad de cerrarlo como una quesadilla. Sin embargo, la fusión de ambos platos, en formas como los tacos de quesadilla o las quesadillas con carne y queso, ha mostrado ser una combinación viable que funciona de forma deliciosa y práctica. Esta mezcla de tacos y quesadillas no solo representa la creatividad y el ingenio de la gastronomía mexicana, sino que también su capacidad para ajustarse y evolucionar, manteniendo la clásica tradición mientras se prueban nuevos sabores.
¿Cómo se elaboran los tacos y las quesadillas?
Los tacos, como hemos mencionado, son de los platos más versátiles de la cocina mexicana y su modo de elaboración es tan variado como los ingredientes que utiliza. La base del taco es una tortilla, que puede ser tanto de maíz como de harina, de acuerdo a la región y también a los gustos personales. La tortilla es calentada en el comal y utilizada para envolver una gran variedad de rellenos. Los tacos más tradicionales cuentan con carnes asadas, que es cocinada a la parrilla y posteriormente cortada en trozos pequeños. Por otra parte, las carnitas, que son cerdo cocido a fuego lento hasta desmenuzarse, y el taco al pastor que es carne de cerdo adobada en achiote y cocinada en un trompo vertical. A su vez, aparte de estas opciones de carne, existen versiones más ligeras como los tacos de pescado o vegetarianos, con ingredientes como nopales o papas.
Una de las características principales de los tacos es su sencillez y rapidez en la producción. Una vez que la tortilla se ha calentado, es colocado el relleno en el centro y en caso que se desee, se agrega cebolla, cilantro fresco y picado y salsa a gusto. Las salsas pueden ser suaves pero también picantes, de acuerdo a las preferencias de cada persona. Algunas de las salsas más famosas incluyen la salsa verde, hecha a base de tomatillo o salsa roja, que es preparada con chiles secos y en ocasiones se le agregan tomates. El toque final lo aportan las gotas de limón, agregando frescura que completa a la perfección los sabores de la carne y los vegetales.
Al igual que sucede con los tacos, las quesadillas brindan una gran variedad de opciones en lo que respecta a sus rellenos, aunque el queso siempre tiene un rol central en la preparación. La tortilla, de maíz o harina, se calienta en el comal y se pone un gran pedazo de queso, que es fundido al calentarse. A esta mezcla se le pueden sumar otros ingredientes, como el guiso de tinga de pollo, que es carne desmenuzada en una salsa de chipotle o la flor de calabaza, que es un ingrediente que aporta frescura y un sabor delicado. Aparte de estos, las quesadillas pueden tener chorizos, hongos y también uno de los ingredientes más exóticos y queridos de la cocina mexicana: el huitlacoche, un hongo que florece en las mazorcas de maíz y tiene un sabor suave y terroso.
Para cocinar una quesadilla, luego que la tortilla se haya calentado, se coloca el relleno sobre una de las mitades y se dobla la tortilla en mitad, haciendo que se forme una especie de empanada con el queso y con el resto de los ingredientes que alberga en su interior. Posteriormente, se cocina en el comal hasta que la tortilla se dore ligeramente y el queso se derrita, conformando una textura crocante por fuera y suave por dentro. En algunas regiones, las quesadillas se fríen, lo que aporta una masa mucho más crujiente pero la versión original es la que se cocina al comal, haciendo que el queso se derrita lentamente sin perder la suavidad de la tortilla.
Una de las diferencias determinantes entre los tacos y las quesadillas está en como se sirven. Mientras que los tacos se caracterizan por ser abiertos con el relleno visible y accesible, las quesadillas están cerradas, con su relleno dentro de la tortilla. Esta distinción tiene influencia no solo en la forma que se producen, sino que también en la experiencia al comerlas. Los tacos hacen una mayor exposición de los ingredientes, lo que simplifica la adición de las salsas y también guarniciones. De este modo, se da una personalización más flexibles, dado que el consumidor puede decidir como quiere fusionar los sabores en cada uno de los bocados.
Por su parte, las quesadillas al estar cerradas brindan una experiencia más concentrada, en donde el relleno se mantiene intacto dentro de la tortilla y el queso fundido desarrolla una textura suave y pegajosa que realza los sabores del guiso seleccionado. Al no estar abiertas, las quesadillas hacen posible que el queso se mantenga en su forma, evitando que se derrame o se separe, lo que las hace ideales para quienes optan por un bocado con mayor consistencia. Más allá de esta diferencia, ambos platos proporcionan una experiencia deliciosa y completa, con la tortilla como el actor principal que une a los distintos ingredientes.
¿Dónde se pueden encontrar tacos y quesadillas?
Los tacos y quesadillas son dos de los platos más populares de la cocina mexicana y su presencia ocupa el largo y ancho del territorio mexicano. Debido a su popularidad y versatilidad, se pueden encontrar en todos los rincones del país, desde las grandes ciudades hasta los pueblos más alejados. Estas elaboraciones han sido adaptadas a los ingredientes locales y a los gustos regionales, lo que hace que cada estado o ciudad adopte su propia interpretación de estos clásicos. Ya sea en el norte, sur, oriente u occidente de México, los tacos y quesadillas son vínculo culinario que unifica a las diferentes zonas y son consumidos tanto por locales como también por los turistas que desean conocer la cocina tradicional del país.
En las ciudades y pueblos, los puestos de tacos se encuentran por todos lados, lo que es una expresión de lo accesible y popular que es el menú. Estos puestos suelen estar situados en las principales avenidas, plazas y mercados y su propuesta puede variar según la zona donde están instalados. En el norte mexicano, los tacos de carne son de los más tradicionales, mientras que en la zona sur, los tacos de cochinita pibil o tacos al pastor dominan todos los gustos y preferencias. Asimismo, aparte de estos tradicionales tacos de carne, también se pueden hallar opciones más innovadoras, como tacos de pescado, principalmente en las costas del país o tacos de camarón, populares en el Golfo de México. Los puestos de tacos, por lo general pequeños y una atmósfera informal, suelen caracterizarse por proporcionar comida fresca y rápida, haciendo que los comensales puedan disfrutar de estos platos sin complejidades.
Las quesadillas, por su parte, también se comercializan en puestos ambulantes y mercados laborales y aunque originalmente están vinculadas con el queso, su relleno puede ser sumamente variado. En estos puestos callejeros, es natural que las quesadillas se preparen con una diversidad de guisos, nopales, flor de calabaza y también carnitas. Al igual que los tacos, las quesadillas son servidas en tortillas de maíz o harina, de acuerdo a la región pero también sujetos a las preferencias de cada cliente. En algunas zonas del país, como el centro y sur del suelo mexicano, las quesadillas pueden contar hasta con rellenos dulces, como el de flor de jamaica. En estos espacios, los clientes pueden disfrutar de la comida mexicana de una forma más sencilla y deliciosa, típica de las costumbres culinarias populares.
Si bien los tacos y las quesadillas se disfrutan en los puestos de la calle, también es posible también encontrarlos en taquerías y restaurantes especializados, que brinda una experiencia culinaria un tanto más formal. En estos establecimientos, los platos se sirven con una cuota de elegancia, pero siempre manteniendo los sabores auténticos de la cocina mexicana. Algunos restaurantes también tienen para brindar versiones gourmet de tacos y quesadillas, usando ingredientes de alta calidad y combinaciones innovadoras. Un claro ejemplo son los tacos elaborados con carne de ribeye o arrachera o quesadillas rellenas de ingredientes más exclusivos como queso de cabra o carne de cordero. Más allá de la sofisticación que pueden tener estos lugares, la esencia de los tacos y las quesadillas como comida tradicional nunca se pierde, lo que hace que estos menús sean tan apreciados en cada una de sus presentaciones.
Por último, en las festividades y celebridades de las regiones, los tacos y quesadillas cobran protagonismo en las ferias y fiestas populares, donde se ofrecen como parte de la comida clásica. En los eventos como la Feria de Tlaxcala, el Día de la Independencia y diferentes celebraciones, los puestos de tacos y quesadillas se colocan en las plazas principales para brindar estos manjares tanto a los habitantes locales como también a los visitantes. En muchos casos, se encuentran animados con música, baile y otras costumbres culturales que acompañan la experiencia culinaria. Esta cercanía con la festividades hace que los tacos y quesadillas sean todavía más especiales, ya que se disfrutan en un entorno repleto de alegría y color. De esta manera, tanto en México como en otros puntos del mundo, los tacos y quesadillas tienen un lugar destacado en los fanáticos de la comida.